miércoles, 5 de octubre de 2011

Un insulto no duele por lo que dice, si no por quién lo dice

Si, salgo casi todas las mañanas a correr. Me levanto muy temprano -a veces creo que demasiado- para salir al paseo marítimo a correr. Corriendo a un ritmo aceptable duro cinco minutos, luego empiezo a ir cada vez más lento.
Entonces, cuando pienso que ya no puedo más, que me voy a dar la vuelta y volver a mi casa andando me acuerdo de por qué hago esto. Me acuerdo de ti, de tu sonrisa, de tus ojos... Y nos imagino juntos, ¿sabes? Y entonces es cuando saco fuerzas para seguir corriendo diez minutos más.
Que si, que soy fea y estoy gorda... Pero es horrible cuando él te lo recuerda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario