miércoles, 26 de octubre de 2011

Sueño que no fuera necesario el éxtasis para flotar

Erase que se era, una hermosa princesa que vivía en lo alto de una torre de la que solo podía salir una vez al año.
La pobre chica vivía triste, sin a penas conocer nada del exterior. Todos los años salía un día, pero no le había dado tiempo ni a explorar todos los jardines del palacio de sus padres, ni a conocer a todos sus empleados ni a nada.
Un día, el mismo en el que tenía decidido saltar por la ventana y que fuera lo que Dios quisiera,escuchó que había aparecido el hijo perdido de la sirvienta que le traía la comida.
Intrigada, la joven esperó dos largos años sin salir los días que le correspondían esperando a que el chico relevara a su madre.
Cuando llegó el día de su 17 cumpleaños, alguien gritó su nombre desde fuera y ella se asomó a la ventana. Desde allí, vio el inmenso césped cortado de tal manera que se pudiese leer desde su ventana:
"Felices 17, llevo dos años esperando a que me ascendieran lo suficiente como para poder darte esta sorpresa. Volví al castillo porque me enteré de que la chica a la que amaba desde que comencé a explorar estos jardines esta aquí. Te amo"
Por desgracia, los príncipes azules no existen.

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