sábado, 4 de febrero de 2012

Dame el tiempo que no te haga falta, prometo invertirlo en caricias en tu espalda

Vámonos de aquí. No queda nada que nos ate. Pero juntos, ¿eh? Podemos irnos, correr, divertirnos. Podemos hacer tantas cosa que no sé por qué no lo hemos hecho todavía. ¡Escapémonos! Lo digo muy en serio. Podríamos ser tan felices juntos, fuera todo esto; del ruido, de los exámenes, de nuestros padres, del frío, de los insultos, de los exs, del mundo. Podríamos ser tan libres que hasta echáramos de menos las ataduras.
Pero eso sería muy fácil, ¿verdad? Eso sería... como huir. Dejar atrás los problemas sin llegar a ponerles un punto y final.  Sé que piensas eso porque sé como eres. Y lo peor de todo es que, aunque quiero alejarme de todo esto contigo, te entiendo. Pesémoslo bien, no somos ningunos cobardes. ¿Por qué deberíamos largarnos?
Sólo te pido una cosa: sea como sea y donde sea, hazme feliz.

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